Construcción y decoración

Múltiples materiales o elementos de construcción y decoración pueden liberar sustancias tóxicas en nuestro hogar.

Pintura

En las pinturas puede haber sustancias muy perjudiciales. Y ello, teniendo en cuenta las grandes superficies que pueden cubrir en un hogar las convierte en un elemento muy importante a la hora de hablar de la exposición a sustancias químicas tóxicas.

Caso emblemático de cómo una sustancia presente en una pintura puede causar problemas de salud fue el plomo, que causó alteraciones neurológicas a miles de niños. Hoy ha sido eliminado de las pinturas en muchos países aunque continúa en otros. Las pinturas actuales pueden emitir sustancias como benceno, tolueno, xileno, etanol, metanol, octano, decano, undecano, éteres de glicol, dibutil ftalato, etc.

Pese a algunas medidas adoptadas para reducir su toxicidad, muchas siguen conteniendo sustancias perjudiciales que han sido asociadas a problemas respiratorios o de sensibilización, pero también a daños en el sistema nervioso central o cáncer.

Una de las inquietudes más evidentes con relación a las pinturas es la alta emisión de compuestos volátiles por su alto contenido en disolventes.

Es frecuente que muchos productos sean etiquetados como ecológicos y no cumplan las exigencias que para nosotros deberían cumplir. Solo ciertas marcas (que rara vez tienen que ver nada con las más conocidas) pueden ser consideradas con seriedad como ecológicas. Sus resultados, en los más diversos usos, pueden ser muy buenos, haciendo innecesario recurrir a pinturas tóxicas. Las pinturas más “verdes” suelen basarse, por ejemplo, en aceites vegetales (tales como el de ricino o el de linaza) y en resinas naturales como la colofonia. Otras pueden tener base mineral, como el silicato potásico y pigmentos inorgánicos.

Muebles y madera

Desde hace algunos años, la industria de la madera ha venido utilizando sistemáticamente sustancias químicas como conservantes, muchas veces muy tóxicas. Por ejemplo, la creosota, el lindano, el dieldrin o el permetrin. También debemos tener en cuenta, como acabamos de citar, algunas pinturas y barnices tóxicos que pueden cubrir la madera.

En el caso de la madera conglomerada, cuyo uso está muy extendido, sus partículas son unidas frecuentemente con colas que liberan formaldehído, una de las sustancias más preocupantes en la contaminación interior del aire del hogar. Tapicerías, cortinas y muebles con tejidos, como los sofás por ejemplo, pueden contener retardantes de llama y fungicidas.

Es preferible optar por maderas que hayan sido tratadas y barnizadas sin emplear sustancias problemáticas. Existe barnices naturales no tóxicos y una amplia gama de productos a la venta (aceites, aislantes, pinturas y barnices naturales, fungicidas e insecticidas…) que son menos dañinos que los que tantas veces se usan indiscriminadamente.

Alfombras y moquetas: «esponjas de contaminantes»

Las alfombras y moquetas pueden ser un sumidero del polvo doméstico (y de todas las sustancias químicas presentes en el mismo). Además, pueden también contener sustancias indeseables, como retardantes de llama, formaldehído o fungicidas o acaricidas. Y por otro lado, hay que sumar las sustancias que puede haber en los productos con que las moquetas son adheridas al suelo. También hay que tener en cuenta los tóxicos que pueden aparecer por los productos que se emplean a veces para limpiarlas.

Es preferible optar por materiales naturales, también hay que vigilar los adhesivos que se utilizan para pegar las moquetas, y por último debemos evitar utilizar productos agresivos en la limpieza de los tejidos. Muchas veces basta con usar un jabón natural suave o con bicarbonato sódico y agua.

Suelos

Determinados materiales de los suelos pueden emitir sustancias perjudiciales, como por ejemplo desde ciertos materiales plásticos. Ftalatos, fenol o 2-etil-hexanol, pueden ser liberadas desde superficies de plásticos, como el PVC de algunos cuartos de niños, y terminar en el polvo doméstico que se inhala en casa. Distintos estudios han asociado esta circunstancia a un exceso de riesgo de asma o alergias infantiles. Esos materiales pueden además contener otras sustancias preocupantes como retardantes de llama. Además los productos que se utilizan para adherirlos, como las resinas epoxi, pueden contener sustancias conflictivas, como el bisfenol A. También productos como la silicona que se usan para rellenar los espacios entre las baldosas, pueden liberar sustancias problemáticas.

Frente a los suelos sintéticos, es mejor optar por suelos de materiales naturales, como barro cocido, cerámica, piedra, o incluso linóleo, corcho o madera (no tratada con sustancias problemáticas). Así mismo, podemos emplear para su fijación en el suelo, cementos, adhesivos y selladores naturales.

Materiales de construcción

Diversos materiales empleados en construcción pueden emitir sustancias y fibras perjudiciales, como las placas de yeso, impermeabilizaciones de látex, papeles pintados, etc. Muchos de los aislamientos más usados también pueden emitir sustancias perjudiciales. Por ejemplo, los de poliestireno expandido, los de espuma de urea-formol (pueden desprender en algunos casos sustancias como el formaldehído) o los de lana de roca, que además pueden soltar fibras perjudiciales.

Existen materiales alternativos que son menos problemáticos: cementos más naturales, maderas correctamente tratadas, materiales cerámicos, piedra natural, corcho, cal, vidrio, arcilla expandida, pinturas ecológicas…